Nesenie-ryibyi |
Antes de conocer a Andrey Mishin tenía la idea -errónea- de que las medallas eran creaciones artísticas relacionadas con el pasado histórico, generalmente anónimas y alejadas del arte conceptual y contemporáneo. En este punto, hay que recordar que la Exonumia es la ciencia que estudia objetos que no son monedas; es una rama de la numismática, ciencia auxiliar de la historia, que se ocupa del estudio de las medallas y medallones honoríficos, condecoraciones, conmemorativos o de identificación.
Las grandes corporaciones, los bancos, museos y universidades, las academias, los colegios profesionales, los ayuntamientos y un buen número de instituciones políticas, económicas y académicas, continúan realizando encargos en la actualidad de placas, relieves o medallas acuñadas o fundidas a los artistas especializados y en los acervos de los museos se incluyen estas obras artísticas. Así en el caso de Andrey Mishin se cuentan sus creaciones medallísticas entre las colecciones de la Galería Tretiakov y el Museo Histórico del Estado de Moscú, en el Museo Británico de Londres, el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, en el Hermitage o en Wel Bode-Museum (Staatliche Museen zu Berlin), entre otros.
Andrey Mishín Valerevich ha recibido, entre otros reconocimientos, la Medalla de Plata de la Unión Creativa de los artistas rusos en 2013.
El arco iris del Testamento |
La producción artística de Andrey Mishín, formado profesionalmente como joyero en 1982 en la Escuela Artística y Profesional y graduado en 1992 en Artes por la Universidad Estatal de los Urales, es extensa y participa asiduamente, presentando medallas en la Artmedal, promovida por el Medallic Sculpture Studio, de la Academia Nacional de Arte, en Sofía (Bulgaria), en las ediciones tituladas: The End y New Creation. Toda su obra artística está inspirada en los pasaje bíblicos.
Desde 2007 algunas de sus esculturas están instaladas en la Universidad del Estado de San Petersburgo: el grupo escultórico Getsemaní, Descanso en la huida a Egipto, Lavado de los pies, El beso de Judas, El juicio de Jesús ante Pilatos. De 2009 a 2011, trabaja en la puerta del templo para la iglesia en Izhora. En 2011 participa en la exposición Las puertas del Museo Estatal Ruso. Del 2010 al 2013 trabaja en la serie de medallas titulada La Biblia en las medallas: La serie Nuevo Testamento se compone de 33 medallas. Presenta en el Congreso FIDEM la medalla Piedad y Lavado de los pies. Del 2010 al 2014 trabaja en la segunda parte de la serie El Antiguo Testamento, compuesta por 28 medallas. De 2014 a 2015 realiza la serie de 12 medallas Proverbios de Salomón. Actualmente está realizando una instalación a base de plaquetas de 12,5 x 12,5 cm. hasta alcanzar la longitud diagonal de 222 cm. Se trata de una serie de medallas titulada Cantos de subidas. Cantos graduales está inspirada en el Libro de los Salmos a partir del que dice: "Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz" hasta el de "alzad vuestras manos al santuario y bendecid a Jehová" con la que quiere expresar el regreso del cautiverio físico y espiritual, la esperanza y la fe en Dios.
El descenso al infierno |
StGeorge |
Dos madres, bajada de la cruz |
Una medalla, como en un retablo o en una puerta soportes sobre los que construir o deconstruir, y Mishín demuestra que en todos ellos tienen cabida la subjetividad, las emociones y los sentimientos, comunicando, generando nuevos espacios de encuentro, tendiendo puentes emocionales entre el arte, el pensamiento y el individuo, transmitiendo un mensaje que en su caso, no es algo obvio, sino que requiere de una acción de introspección y otra de apertura.
Finalmente le pregunto a Andrey Mishín su opinión respecto a si "el artista puede cambiar el mundo y a la sociedad por medio del arte", cuestión esta a la que responde literalmente: «La misión del artista es ser uno mismo, ser independiente en la vida y en el arte. Hacer pensar al espectador es más importante que los cambios en el mundo y en la sociedad. La evolución es superior a la revolución». Esta reflexión permite adentrarse en que su intención no está en adoctrinar, ni educar al espectador sobre el bien y el mal a través del arte, como sucedía en el Alto Medievo; él prefiere «hacer pensar» insinuando una idea y es el receptor.
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