jueves, 2 de febrero de 2017

Artículo. Título "Venus: de Teotihuacán a Teruel". Un triángulo espacial de afectos entre el cielo y la tierra.


Teotihuacán (México) y Teruel (España) son de esos lugares que poseen magia, además de arte e historia: Son de esa especie de sitios en los que, sin que se sepa muy bien por qué, se intuye que son especiales, distintos de los demás, quizá sea porque en ellos uno se siente divinamente o, como se diría coloquialmente, aquí se está como dios. Trataré de profundizar en esas cualidades que poseen determinados espacios capaces de provocar ése bien estar a los individuos que los transitan o habitan, experimentando en ellos sensaciones de equilibrio, de armonía, de conocimiento, de disfrute e incluso, quizás, de felicidad. El propósito consiste en comprobar que el espacio sensitivo es algo más que una utopía.
Tomo como punto de referencia a Teotihuacán y a Teruel. Salvando el tiempo y la distancia, ¿qué las une para argumentar que ambos son espacios sensitivos que, bajo mi percepción, ambas ciudades poseen? Trataré de aproximarles a ellas con la, casi inocencia, del inmenso público que anualmente las visita, con el deseo de averiguar e incluso de comprobar, si la emoción que en ellas se experimenta, guarda relación con el "in crescendo" de esa atracción que ejercen sobre los individuos.